viernes, 30 de marzo de 2007

La mala amistad.- 9-agosto-2006

Te duele, siempre duele aunque sea un poquito, aunque todo vaya bien, aunque no vaya.
Duele ver como gente que confió en ti algún día, te saluda con adioses al cruzarte con ellos.
Duele sentirse inútil tras servir en momentos importantes, sin ni tan siquiera una despedida y un: gracias, ya no te necesito.
Duele el alma, del esfuerzo que supone tamizar las verdades hirientes en sonrisas y chistes más o menos complicados que suavicen la incisión.
Duele darse sinceramente, y que las verdades hagan tanto daño que ni siquiera comprendan lo difícil que es decirlas, pues te juegas la amistad.
Duele, sobre todo, el abandono, la infidelidad y la ingratitud.
Duele ser consciente de que los amigos de hoy, mañana puedan hacer lo mismo que muchos otros antes: irse.
Duele, por tanto, la soledad que pueda sorprenderte en cualquier momento, el abismo real y actual de tu propia verdad: ¿estás solo?
Duele estar siempre solo, rodeado de gente que quiere cosas, como todos. Pero solos. Acompañadamente solos.
Duele sin dolor, como el vértigo, que no duele pero te tiene acojonado ante un precipicio, aunque no te caigas, aunque no te asomes demasiado, aunque no exista tal precipicio, tan sólo imaginándolo, con los ojos cerrados.
Pero lo mejor, es que duele sin dolor alguno a partir de cierto número de veces. Es más importante que siga ocurriendo. Que se vayan descubriendo con el paso del tiempo por sí solos.
Siempre van quedando algunos. Los mejores.

jueves, 29 de marzo de 2007

La pereza política.

Ojkr.-

La de cosas que pueden interpretarse a raíz de un mal comienzo. La de mequetrefes que intentan hacer de su nimiedad, todo un modo de vida. La de mindundis que nos muestran el camino paralelo y certero de la realidad.
Dichosos los demás, los que quedamos para ver otras cosas, fuera del análisis político, pero cargados de razones para demoler los mismísimos cimientos de la razón. Y pletóricos de ironía que sustenta la otra verdad, la equivocada, La que se nos esconde por mucho que busquemos respuestas sencillas. Bendita impotencia, amparada por los ineptos políticos, que no entienden que sus reflexiones a puerta cerrada… no son reflexiones de nada.
Puede que no resulte tan, tan sencillo… que aunque haya que seguir inconformes con la totalidad que nos rodea, no nos sirva para adquirir parcela en lo solemne y lo obvio.
Galimatías inútiles que ni tan siquiera nos aplacan, aunque si que nos llegan para alcanzar el Nirvana del conformismo.
¿Qué nos queda, aparte de la verdad propia?
¿Estaremos en la fase de controversia? O… ¿nos instalaremos en ella como medio o método para sobrevivir?
En el fondo de la cuestión, lo que acaba por subyacer, es la pereza política.
¿Qué permite que gente como Los Acebes, Zaplanas, Aznares… y por supuesto Rajoy, nos rodeen de gente que ignora la dualidad política comparativa y veraz?
Ahí, agarrados en sus pancartas como un antroido o carnaval que les protegiera… pero ¿de qué?
Ellos, los que renegaban de la voz-pópulis, acarician tras los lemas ambiguos los cimientos de la ruptura socio-política.
¿Qué podemos expandir para que el día de las votaciones, nos tomemos en serio el derecho de ir a votar?
¿Acaso soluciones como…”que se vote los lunes en hora de trabajo… que nos veamos obligados a votar… o que si no, esto, no sirve de nada?
¿Por qué ganan los de la bandera rojo, pollo y amarillo… unas elecciones con mayoría absoluta (amén de decretazos), con el mismo número de votos que les hacen perder en las urnas en otros comicios?
Siempre son los mismos, espero que cada vez menos; los que aupan al poder, o a las sombras de la envidia y/o el disparate político, a los mediocres que, sin criterio ni opinión favorable, aparcan la racionalidad para allanar caminos a las urnas.
Recelosos de un poder que nunca ejercieron con derecho, se les vuelve ahora en contra, gracias a sitios como este, que sin ser referenciales, nos aportan una razón para esperar el caos.
Nosotros, culpables y perezosos, esquivamos la cita con el voto gratuito y no obligado. Momento de la unidad y de la razón, pero que nos sirve de poco a nivel individual.
Polis…ciudad
Ticos…Hombre
Político… hombre de la ciudad… o sea, TODOS.
Hay una cita con el boicot, pero el boicot a base de derechos y privilegios a la hora de votar… hay que hacerlo, todos sin excepción.
Ellos, son siempre los mismos… nosotros: mucho más.
Evoquemos en esta cita electoral todo ese ejercicio de participación, para que puedan ser calladas las voces de la discordia.
Abrumemos con argumentos sencillos, a estos pasea-pancartas.
Acallemos las voces legales con nuestra participación…legal aún más si cabe, preservándonos de cercanos comicios con la contundencia innegable del voto definitivo.
Votar o lamentarse… e aquí la solución.

miércoles, 28 de marzo de 2007

Jamón de tarugo 5 JJJJJ

Pasemos a continuación, a conocer la deliciosa variedad ibérica del jamón de Tarugo.
Se cría en la ignorancia y acompaña a sus vidas un desconocimiento completo de la dualidad informativa. La comparativa. Esa que nos permite discernir entre varias noticias y entresacar de sus líneas la verdadera información, la que el instinto nos permita. El instinto es algo que se educa y entrena desde la infancia, pero que resulta trabajoso y requiere de una dedicación notable a favor de los hijos y futuros poseedores de opinión propia.
La variedad ibérica a la que me refiero, camina en rebaños de muchedumbres alentadas por dirigentes sin criterios que ayuden a pacificar nuestras vidas. Camuflados o escondidos tras pancartas de titulares compartibles, pero con derechos de autor. Orgullosos y engreídos tras la marcha.
Revocar, contraponer, discutir, fragmentar, crispar, todo vale para recorrer el camino de la cita hacia las urnas. Futurólogos sin memoria del pasado más reciente, que olvidan adrede sus intenciones electoralistas.
Pero… ¿y el rebaño?
¿Qué comen en sus porqueras mientras beben las mentiras en emisoras sin bozal?
¿Qué postre televisivo de dulce lobotomía, degustan mientras rebuscan las migajas con palillos a lomos del sofá?
Triste piara (siempre los mismos), ordenada a costa de la pasividad de la izquierda, siempre tan relajada y autocrítica, que da por bueno este separatismo político y el debate tras las filas. Pura dispersión.
Filas que se cierran, por otro lado, a base de consignas resultonas de rojo, pollo y amarillo. Eco de otros tiempos salpicados de una inquietante vengatividad.
Alabadores de la discordia por las poltronas perdidas con justicia.
JJJJJ
Jugando a ser jueces, en un juicio sin jurado, ajusticiando y jodiendo por siempre jamás, jactándose hasta jadear. Jubilados de juanete, jaleantes de júbilo y jerarquizados. Jetas con jersey al cuello, joviales cual Jaimitos jocosos yendo justo hacia la juerga. Juan-lanas en judicaturas ajenas. Pusilánimes juguetes que juran a pies juntillas como Judas de estos tiempos. Justificando lo injusto y ajustando juramentos, para evitar jurisprudencia.
Justos y juiciosos arrejuntados todo un jornal.
El jamón de Jabugo, dignidad porcina. El de tarugo, enquistándose en los muslos de los pasea-pancartas sin entrenamiento. Agujetas del terror y la desidia.
Puro Jamón de Tarugo 5 Jotas.

lunes, 26 de marzo de 2007

La mala estrategia

De pronto, y sin venir demasiado a cuento, se nos tiene que meter en nuestras cabezas la extraña idea de que tenemos que hacer o pensar algo. Este”algo” no es, ni casual, ni gratuito.
Por el contrario, es otro mecanismo natural que nos mantiene vivos. A saber: cuando uno está cegado por el ansia producida al llegar al convencimiento de que necesita cualquier cosa.
No algo en concreto por ser concreto, sino porque lo convertimos en algo mágico, especial y de carácter eterno o, cuanto menos, infinitamente necesario. Por supuesto, no en cualquier cosa.
Esencia en estado puro de una sustancia que bien podría no servir para nada. Sustancia esta, por supuesto, creada en los mas recónditos laboratorios de nuestros propios cuerpos, pero que la asimilación directa en nuestros organismos es, inviable.
Pero ahí está, esa pequeña porción de sustancia desconocida y que nos hace llegar al fin de esta historia: la mala estrategia.-
Estoy convencido de que ese mal planteamiento de partida, es el que consigue las mejores de esas malísimas estrategias.
Son todas ellas igual de inútiles y estúpidas, pero que convierten otra de esas sustancias corporales, en obcecación estéril.
Una de las cosas más importantes a la hora de marcarnos objetivos, es que nos los pongamos poco menos que imposibles, o fácilmente abandonables. Así de este modo, nos aseguramos una mala estrategia por necesidad, por muy fantástica que esta sea.
La mala estrategia es esa que, te lleva toda una vida hasta que uno desiste, que es como desistir del objetivo en sí. Esto no es malo.
Puede uno tomar el camino de la insistencia, y ser una persona terca y pertinaz, que lucha por algo imposible. Desesperante.
Aprender a buscar objetivos más alcanzables, a la vez puede ser de notable satisfacción. Nos llevaría a reducir el tiempo que empleamos en conseguirlos y así, podríamos marcarnos otros mejores. Aumento de la autoestima.
Esa no es tan mala estrategia. Aunque sea egoísta.