domingo, 29 de julio de 2007

La felicidad no existe

Ojkr.- La verdadera felicidad no existe. 29-julio-2007


Nunca se debe pensar en las cositas buenas que nos pasan, con tristeza injustificada. Nos hace daño y nos impide, en ocasiones, disfrutar del aquí y ahora que ya ha pasado.

La verdadera felicidad no tiene una respuesta eficaz que pueda explicarla. Pasa por nuestro lado y nos damos cuenta demasiado tarde.

Ahora, sólo hay frustración. Una enorme frustración sentimental, de no ser capaz de transmitir de manera certera el amor que siento hacia tanta gente y tantas cosas. De no haber convencido para siempre a las personas queridas y amadas. De sentir una permanente evaluación. De sentirme poseído y posesión.
De padecer este enorme vacío que me llena el pecho y me empuja hasta una horrorosa ansiedad.

En estos momentos, dudo de veras que exista la verdadera felicidad, ya que se desintegra cuando crees tenerla. Su simple proximidad, la difumina cada vez.

La felicidad, es sólo una palabra más que define un tipo de tristeza.
Como un tránsito. Como una pena menor que atropella sin mediar pacto alguno y sin previo aviso.

Sólo queda el futuro, y encima…ni existe, ya que está por venir.
No sé, a lo mejor tengo una gran tendencia a la pena y a la tristeza. Me noto semi-atrapado en el papel de Óscar Gª. Como si me estuviera encasillando en el personaje. Sin disfrutar del todo.
Y además, con una carga emocional enorme y desproporcionada en comparación a las expectativas.

No pueden convivir la desconfianza y el amor. No hay puntos en común entre el querer y el amar, ya que con el primero, se siente una necesidad de posesión tremenda. Pero… ¿cuando lo tienes?, ¿tienes que seguir queriéndolo? o ¿amarlo sin más, pues ya lo tienes?
Evidentemente, no se puede perder lo que nunca se tuvo. Pero sí lo que se posee… y ambas cosas son incompatibles: amar y querer.
Quien quiere, no ama… hasta que lo tiene. Y quien ama, es porque alguna vez quiso a algo o a alguien sin querer, dándolo por perdido de antemano.
Seguramente sea una reacción química ante algo que nos hace sentir bien. El inconveniente es que no existen las cosas infinitas.

Creo… que los que nada quieren… todo tienen. Y que los que poseen cosas intangibles están condenados a perderlas en el preciso instante en que toman posesión de ellas, pues la posibilidad de perderlas, les hace olvidar disfrute alguno, condenándoles al vacío que deja el esfuerzo de intentar retenerlas.

Creo, que todos necesitamos un “te quiero”… pero dudo mucho que sea algo que se pueda ir pidiendo por ahí.

Vamos…una puta mierda.