Si con mil besos pudiera
hacerte un pijama de noche
encontrar la costurera
podría ser un problema
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Porque a ver cómo se cosen
y se hilvanan sin que duelan
o hacemos que los botones
por los ojales se metan.
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Cosidos con alfileres
los labios que a bien tuvieran
recorrerían tu cuerpo
con el tacto de mil lenguas.
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Una por cada poro
desde tu cuello a tus piernas
y recorriendo por dentro
las zonas más indefensas.
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beso el telar por mil veces
para crear de esta tela
el patrón que más se ajuste
al perfil que te rodea.
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