domingo, 22 de septiembre de 2013

Trabalenguas raro.-




Sea lo que sea que yo espere que ocurra, y a estas horas, no está aquí.
Ya ha transcurrido mucho, demasiado tiempo y no pasa nada.
Y aun así, sigo esperando que algo pase, mientras disfruto de una monotonía de lo más estimulante y modificable, espero.
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Y bien arropado, por pequeños pero eficaces pilares que apuntalan lo otro…el resto del tiempo.
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La realidad es pequeña, pues sólo alcanza el tramo que va desde el recuerdo a corto plazo, y lo que imaginas que va a pasar a continuación.
Es decir, que la realidad es como una burbuja que viaja bien definida sobre la senda de la línea del tiempo. Una especie de nave hermética.
O no. Pero contigo dentro.
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Así que, sea lo que sea que yo espere que pueda pasar ahora, sé, que no puedo esperar que ocurra. Y si pasa, no lo espero, pues ocurrirá de una manera inesperada.
Como si en vez de pasar las cosas, ocurrieran sin más.
Siendo lo que pasa, lo que ocurre fuera de esa nave, y lo que ocurre, lo que pasa dentro de ella.
Y no esperando, que lo que pase dentro, ocurra como esperabas, ni que lo que ocurra fuera pase mientras esperas que ocurra algo inesperado.
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Un pequeño reto para el buen aprendizaje de cómo hacer, o de cómo no hacer las cosas.
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Un divertimento.
Una escapada hacia el color, huyendo de la paleta de grises.
Un oasis.
Una ventana abierta y un vergel tras ella.
Una vereda.
Una linterna infinita llena de luciérnagas.

Un paisaje.